Me
refiero a las reuniones iniciales que habitualmente tenemos entre los
tutores de los grupos y las familias de los alumnos de esos grupos.
Es curioso pero con solo unos días de diferencia asisto como padre a
la reunión de 1º de ESO en el colegio de mi hijo mayor y como tutor
a la reunión de padres de 1º de ESO en mi instituto.
Ambas
reuniones tratan más o menos de los mismos temas, exponen a los
padres que la secundaria no es lo mismo que la primaria, que los
chicos van creciendo, que se deben hacer mayores, que tenemos que
ayudarles a hacerlo, dejarles más libres pero estar siempre
vigilantes. Se les informa que en lugar de dos o tres maestros ahora
los chicos tienen clase con nueve o diez profesores diferentes. En la
reunión se trata de indicar a los padres el horario obligado de
asistencia de sus hijos, se les insiste sobre la puntualidad, las
normas del centro, el número de evaluaciones y su temporalización,
etc....
Yo
juego desde los dos bandos, ahora padre, ahora profe, ahora profe,
ahora padre. Y para tristeza mía constato, como cada año
últimamente, una situación anómala. No sé las razones pero parece
como si los padres y los profesores fueran hacia un enfrentamiento.
Yo no lo veo así, quizá porque estoy en esos dos lados de la línea,
pero lo percibo en muchos de los asistentes en uno y otro lado de la
mesa.
Por
ejemplo, si el profe dice que no se deben traer móviles, que deben
estar apagados y que si desaparecen el centro no puede hacer nada,
algunos padres entienden que se está tachando de ladrones a los
alumnos. Si el tutor explica que los exámenes se verán en la clase
pero que ya no se llevan a casa algunos padres piensan que se acusa a
sus hijos de querer manipularlos y se les coloca como tramposos. O
que se les niega a ellos el derecho a ver cómo se evalúa a sus
hijos. Si el tutor comunica que su horario de tutoría está
localizado dentro del horario escolar a las 11'00 de la mañana del
martes, algunos padres piensan que es una buena manera de que no
puedan asistir a las reuniones y se sienten maltratados.
Pero
por otro lado, si un padre pregunta sobre cómo es la evaluación o
calificación de su hijo, muchas veces el profesor se lo toma como si
le estuviesen cuestionando su metodología. Si unos padres opinan
sobre la realización de más o menos actividades extraescolares, o
de la conveniencia o no del uso de nuevas tecnologías en el aula el
profesor se pone a la defensiva cómo si el hecho de hablar de ello
ya fuese un ataque a su criterio.
Algunas
veces los tutores van a la reunión a la defensiva, a ver qué le van
a decir los padres, a ver qué van a cuestionar o que van a criticar
abiertamente. Y algunas veces los padres van también a la defensiva,
a ver si les van a criticar a sus hijos o a ellos mismos por la
manera de educar en casa.
Cuando
asistes a la reunión como padre parece como si evaluases a los
profesores. Escuchas muchas frases del tipo de :
¡A
ver que nos cuentan!
¡¡Ya
verás como nos dicen exactamente lo mismo que el año pasado!!
¡¡Pues
no han contado nada sobre cómo va a ser la calificación!!
Cuando
las preguntas son repetitivas y el profesor contesta cada vez más
escuetamente....
¡¡
No quiere contestar eso, está clarísimo!!
Pero......
cuando asistes a la reunión como profesor o tutor también parece
que evaluases a los padres. Y del mismo modo oyes frases del tipo:
¡
A ver cuántos vienen hoy! Algunos no se preocupan...
¡
Ya verás las preguntas, lo de todos los años!
¡
Faltan justo los que tenían que venir!
Ya
sé que se hace sin querer, pero....... ¡¡Esta no es la manera!!
Si queremos una buena educación y formación académica los padres
y los profesores debemos ir de la mano, luchar por los mismos
objetivos...... y ayudarnos.
¡¡Somos
complementarios, no contrarios !!!