El
tema del móvil en los institutos se convierte en un tema repetitivo.
Las razones son claras porque el uso del móvil está prohibido,
pero no su pertenencia, claro.
Esto
es así porque muchos chicos lo usan al salir de clase para llamar a
sus padres, porque van a comer a casa de familiares, porque sus
padres les dejan que lo usen para escuchar música o jugar durante el
trayecto de casa al instituto, etc.
Todo
eso es razonable pero los problemas vienen cuando se trata de usar el
móvil. Para muchos es una especie de tortura tener el móvil en la
mochila y no poder encenderlo, mandar un whatsApp, mirar si hay
llamadas perdidas, mensajes, escuchar música, jugar con una nueva
aplicación,....... Hasta lo piden utilizar si no llevan la
calculadora, quieren buscar información en internet, cada vez tienen
una mayor dependencia de dicho aparato. Pero no podemos ni
escandalizarnos ni criticarles, porque los adultos andamos de la
misma manera.
El caso es que muchos alumnos son incapaces de tener el móvil apagado como marca la reglamentación de la Comunidad de Madrid y acaban encendiéndolo y utilizándolo.
Pues
bien, lógicamente si nosotros lo descubrimos debemos confiscarles el
móvil, llevarlo a Jefatura de Estudios, darle un parte y esperar a
que su familia, sus padres, vengan a recogerlo. Se le suele confiscar
para una semana y sólo se entrega a los padres, para tratar de
concienciarles del problema del uso de los móviles en el centro
escolar.
Aún
así, somos conscientes de que los padres permiten el uso del móvil
a sus hijos y que puede no parecerles bien el “secuestro” del
terminal. Por ello, cuando un padre viene a recoger el teléfono
aunque sea al día siguiente, también se le entrega. La sorpresa ha
llegado en los tres o cuatro primeros casos qque yo conozco. Al
alumno se le ha retirado el móvil, se ha avisado a los padres, el
padre ha llegado al instituto, se ha enterado de que, aunque se le
devolvía el móvil, la retirada prevista era de una semana y ha
dicho:
- “ No, no pasa nada, si era para una semana, lo dejaremos así. No se preocupen, les apoyamos. Mejor se lo quedan ustedes y dentro de unos días yo vuelvo a por el móvil.”
¿qué
ha ocurrido? La reacción hace un par de años era la contraria, no
estaban de acuerdo con nosotros y protestaban.
Me
parece....... que los chicos cada vez dependen más del móvil......
y sus padres cada vez están más hartos. Pero..... ¿qué deben
hacer? ¿se atreverían a limitar su uso a sus hijos? De momento,
ver el “castigo” del insti como un descanso, no?
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