En
una ciudad como Madrid es habitual que tanto alumnos como profesores
tengan que desplazarse distancias medias o largas para llegar al
instituto. Y para eso, el mejor medio de transporte suele ser el
metro.
Eso
hace que coincidamos en los vagones, hablemos y también tengamos
experiencias “divertidas” que otro día contaré en este mismo
blog.
Hoy
me quería referir a cuando el metro sufre una pequeña avería y
como consecuencia de ello, existe un cierto retraso. Esto es una cosa
más o menos habitual en nuestra vida cotidiana. El retraso puede ser
de cinco o diez minutos como mucho, pero lo suficiente para llegar
tarde si eres de los que ajustas en el despertar matutino. Es decir,
para casi todos nosotros.
La
clase empieza a las 8,30 h de la mañana y las puertas del instituto
se abren a las 8,20h y se cierran a las 8,35h.
Pues
bien, si un día ocurre eso y llegamos tarde,yo, como profesor, paso
al instituto y voy a mi aula lo antes posible para poder empezar las
clases, pero a los alumnos al llegar al instituto se les para, se les
coge los datos y no se les deja entrar ya a clase. Pueden quedarse en
el instituto en un aula de estudio pero ya no entran en su aula, no
dan su clase y se les envía el mensaje del retraso. Es la única
manera de evitar un goteo incesante de alumnos incorporándose a las
aulas.
Pero
en estos casos, en los que el metro es el causante del retraso en la
taquilla te expiden un justificante en el que se pone el nombre del
usuario y la incidencia sufrida por el tren a esa hora. Siempre es
mejor llevar ese justificante al instituto y los chicos saben que con
eso la falta es “menor” y en casa también les entienden.
Esta
mañana yo venía en el metro con tiempo suficiente para hacer
fotocopias para un examen y el metro ha fallado. Por los altavoces
han pedido las disculpas por la avería y han comunicado que el metro
no prestaba el servicio en condiciones normales. Aún así, he
llegado a mi estación a las 8 y 20 minutos, por lo que llegaba
perfectamente al centro. La parada de metro está apenas a dos o tres
minutos del instituto.
Al
salir, he visto a una alumna mía, con la que tenía clase a primera
hora pidiendo en la taquilla el justificante del retraso. Yo he ido
al instituto, he entrado antes de las 8,25, he hecho las fotocopias,
he charlado con mis compañeros y he subido a clase. ¿Estaba mi
alumna? No, claro. Quizá sea más cómodo llegar tarde, enseñar el
justificante y pasar una hora en el aula de estudio, no? Ella debió
pensar que sí. Bueno, hay que entender que es lunes, primera hora de
la mañana y..... somos humanos, aprovechando que el metro..... En
fin, a mi me gustaría pensar que prefiere ir a mi clase, pero......
sería demasiado pensar!!!!
Después
nos hemos visto y me explica que lo siente, que ha llegado tarde
porque el metro se ha estropeado. Y me enseña el justificante.
No
pasa nada. Ya lo hemos hablado y.... estoy convencido que la próxima
vez que pida el justificante en el metro antes de la hora se
asegurará de que ningún profesor esté cerca. Seguro.
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