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jueves, 11 de abril de 2013

Los pocos efectos positivos de la crisis

Aunque parezca mentira..... algunos efectos positivos hay, y en el instituto se reflejan de vez en cuando. 

Por un lado, las familias y la sociedad animan más a estudiar a los adolescentes que hace unos años cuando ocurría a veces que un alumno de 4º de ESO, con 16 o 17 años, no estudiaba nada y tu tratabas de convencerle de que tenía que estudiar para conseguir un futuro mejor. Pasaban unos meses y dejaba de venir a las clases. Ya tenía la edad, dejaba de estudiar y sus padres estaban de acuerdo.

A mí me sucedió en varias ocasiones que después me encontraba con chicos que en esa situación habían dejado de estudiar y, en poco tiempo, habían encontrado trabajo y, algunas veces, cobraban ya más dinero que yo. ¿Cómo vas a tratar de convencerle de las virtudes del estudio y de la formación académica?

Que hubiese trabajo para casi todos y además bien remunerado era una suerte que ojalá se mantuviese en el tiempo. Fue una suerte para todos y ahora me temo que "atábamos perros con longaniza."  El caso es que la vida ha dado un giro tremendo en España y raro es el chico de 17 años que deje los estudios y encuentre trabajo sin mayor preparación. Y en el caso de que lo haga su sueldo suele ser bastante escaso.

Por otro lado, con las dificultades económicas también aparecen los peores y los mejores gestos. Y estos son los que he presenciado últimamente.

Con la dichosa crisis muchas familias se han quedado sin los recursos necesarios para que sus hijos puedan participar de una determinada actividad complementaria o extraescolar, tal como los entrenamientos de deporte,  la asistencia a una excursión, un viaje, un intercambio, un campamento, etc

Pues bien, yo he participado muchas veces en las reuniones en las que los profesores explicamos a los padres los detalles de esas actividades indicando duración, fechas, actividades a realizar y, por supuesto, el importe o precio a pagar. Y aún habiendo participado muchas veces nunca había contemplado como un padre se te acerca, con discreción, para comunicarte que además de pagar el importe correspondiente a su hijo quiere hacer lo mismo con otro alumno que no es hijo suyo.

Y eso lo he visto tres veces en el último mes. Y siempre con la discreción y la delicadeza suficientes para que el resto de las familias no lo sepan ni se pueda entender mal.

Así que....... en malos momentos también afloran los buenos sentimientos y la generosidad....

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