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lunes, 25 de junio de 2012

Cuidado con la anorexia


Ayer en la evaluación del grupo en el que soy tutor la profesora de Educación Física nos hizo a todos una observación sobre una de las alumnas, llamémosla Diana. La profesora recalcaba que la chica había perdido mucho peso repentinamente y nos preguntaba si los demás sabíamos algo.

La verdad es que yo no sabía nada y además no había reparado en ello. Entonces la profesora nos comentó varias cosas sobre el tema y el porqué ella estaba “con la mosca detrás de la oreja”. Decía que la chica había perdido varios kilos y ella lo había detectado porque en sus clases visten ropa deportiva. La primera señal de alarma era que esa pérdida era bastante repentina.

La segunda y más importante señal de alarma era que la chica se viste con ropas amplias que no permiten apreciar ese hecho. Por eso los demás no nos habíamos percatado. Nos explicó que si una adolescente pierde peso porque hace dieta para verse mejor, para preparar el verano, para la denominada “operación bikini” entonces se siente estupenda y se viste de manera que todos puedan apreciar ese cambio, enseña los hombros, el ombligo, etc. Sin embargo, si además de adelgazar se oculta el cuerpo significa que no se siente bien con él, no se ve “estupenda” ni mucho menos y el proceso sigue su curso.



Pues bien, quedamos en que yo hoy la enviase a hablar con la orientadora. Nos pareció un poco sorprendente porque ninguno más nos habíamos dado cuenta de nada. Pero esta mañana fue al despacho de la orientadora y después charlé con ella.

En mi clase se encuentran Diana y su hermana menor Zelmira. Hoy fijándome, resulta que Zelmira es mucho más generosa en carnes que Diana y es verdad que ésta empieza a estar delgadita. Cuando Diana ha vuelto a clase me ha dicho:

  • Profe, la orientadora me ha tratado como si fuese anoréxica.
  • Bueno, Diana, no pasa nada, querría ayudarte.
  • Ya, pero dice que la profe de Educación física le ha dicho que........
  • Vale, diana, pero lo hace por tu bien, se preocupa por ti, nada más. Por cierto, Diana, ?¿tiene razón o no?
  • Bueno,.... verás,...... profe........ Un poco sí....

Una vez que me ha dicho que sí había un poco de problema ha comenzado a mirar al suelo, a ruborizarse,..... y hemos empezado a hablar.

Hemos hablado los tres, ella, su hermana Zelmira y yo. Resulta que Zelmira tiene un cierto problema de sobrepeso para la edad que tiene, la llevaron al médico y este le hizo una dieta de adelgazamiento. Todos sabemos que es difícil en una familia realizar dos o tres comidas diferentes, por lo que Diana también comenzó esta dieta.

Y como ocurre siempre, esta dieta funcionó mucho mejor en la hermana que no lo necesitaba, quién empezó a perder kilos rápidamente. El problema es que ella no estaba sometida a control médico. Por estas extrañas cosas de nuestra cabeza humana a esta chica le gustó el cambio que se producía en su organismo y redujo las dosis de la dieta, por lo que esto se ha ido acelerando.... En resumen, come menos de la mitad de la dieta.....



En casa lo saben, Zelmira me cuenta que Diana ahora come muy poco, que tiene “peloteras” con su madre todos los días....... Y Diana me confiesa que sí, que empieza a tener un pequeño problema, que no quiere comer casi nunca,.....

Hablé con la orientadora y sacó las mismas conclusiones. Le ha instruido un poco sobre la comida saludable, la ha citado para verse a la vuelta de vacaciones, le ha dado el correo por si quiere hablar,.... Y ha llamado a la madre, a la familia, para advertirles y aconsejarles.

Si no es por la profe de Educación Física no nos enteramos, aunque lo hemos hecho en mal momento porque comienzan las vacaciones de verano. Menos mal que en su casa lo saben, porque aún no es un gran problema, es un inicio, pero...... es ahora cuando hay que pararlo!!!

Este es el caso real en cientos de familias, pérdidas repentinas de peso, ocultación con las ropas, disminución de raciones, pérdida de apetito..... ojo!!! es algo que todos debemos revisar!!!

Espero y confío que una vez dados los pasos de reconocer el problema sepan en la familia atajarlo de raíz. Por pura estadística en el instituto hemos sufrido varios casos en los últimos años, ingresos hospitalarios, problemas graves e incluso suicidios.

Es algo con lo que no se debe jugar y si alguien detecta algo extraña se debe atacar de inmediato. Desde aquí mis gracias personales a la profe de Educación Física que, una vez más, me ha enseñado que se preocupa por sus alumnos, que les quiere,..... que es una buena profesora!!!

Y a todos los demás.... ¡¡¡ojo con este tema!!! yo tuve un par de malas experiencias hace unos años y nunca lo olvidaré. Algún día las escribiré aquí, ahora que ya ha pasado mucho tiempo...

miércoles, 20 de junio de 2012

Las características o rarezas de los profesores


Vaya por delante que no se trata de ninguna crítica y que, además, soy profesor vocacional y orgulloso de serlo. Pero eso no quita que crea que somos un colectivo un poco especial.

Tras ser profesor durante más de una década y convivir estrechamente con mis compañeros creo detectar determinadas particularidades en un profesor medio español que imparte sus clases en un instituto madrileño. Y esas características no tienen necesariamente que ser ni mejores ni peores sino consecuencia del trabajo que realizamos.


Allá van algunas de “nuestras rarezas” o características:

1).- El profesor es, en general, muy “cultureta”. ¿Qué significa esto? Que acude siempre que puede a conciertos, museos, exposiciones, representaciones teatrales, etc. Y lo hace considerablemente más veces que los trabajadores de otros gremios. La razón, el profesor lleva habitualmente a sus alumnos a estos eventos, por lo que prefiere verlos él antes. Además realiza visitas culturales con alumnos y otros profesores, por lo que sabe lo importante que es preparar una visita previamente y conocer lo que hay que visitar al llegar a una ciudad o a un museo. Por si fuera poco todos estas actividades pueden repercutir positivamente en la manera de impartir sus clases, lo que le sirve de aliciente. En resumen, un instituto es un ambiente cultural y el profesor lo cuida. Ah! Y nos hacen descuentos en exposiciones, museos, etc.


2).- El profesor suele ser un poco “pesado”. La razón es que nosotros hablamos, hablamos y hablamos. Tratamos de contar lo que sabemos, nos vemos obligados a repetirlo muchas veces, bien porque tenemos varios grupos o clases del mismo nivel o porque detectamos que algunos de nuestros alumnos no nos han entendido. Por ello, tendemos a explicar mucho algunas cosas que son evidentes y eso nos convierte, a veces, en un poco pelmas. Dicho con cariño. A mí me lo dicen muchas veces en casa.
Ah! Y según vamos repitiendo las cosas cada vez subimos más el volumen. Hablemos con quien hablemos. Lo hacemos sin querer, pero......


3).- El profesor suele tener una percepción “muy particular” de sus clases, de su manera de impartirlas, de su forma de trabajar. Pero a veces esa sensación no es muy real, y sin embargo es difícil de modificar. El problema es que no es contrastable, por dos razones. La primera que excepto nuestros alumnos nadie nos ve trabajar y la segunda, que ante estos tenemos una posición de autoridad que nos confiere ser el profesor.

4).- El profesor es muy “independiente”, es como Juan Palomo, “yo me lo guiso y yo me lo como”. De toda la vida se ha dicho que “cada maestrillo tiene su librillo”. Traducido y conectando con lo anterior, nadie controla mi forma de trabajar, y eso no es bueno. Como ejemplo, yo aprobé mi oposición en el año 1996, tuve un curso de prácticas y, desde entonces, nadie me ha visto dar clase. Salvo mis alumnos, claro. Honradamente creo que doy bien las clases, pero... es sólo mi percepción.... ¿Y si lo hago mal? ¿y si estoy tarado?


5).- El profesor se mantiene “joven”. Es cierto, el trato constante con adolescentes y la formación permanente nos mantiene más jóvenes y saludables que en otros trabajos. Pero con una particularidad, algunos se mantienen jóvenes y otros es que no se dan cuenta de la edad que tienen.
La razón es que tu creces y tus alumnos no. Si empezaste a los 26 años a dar clase en grupos que tenían 16 años estabas muy cercano a ellos. Pero cada año que transcurre tu tienes un año más y ellos siguen teniendo 16. Te cambian los alumnos. Después tu tienes 36, y 46 y....... pero tus alumnos siguen teniendo 16. Y eso es bastante extraño, porque nadie crece en tu trabajo, en tu aula, a tu alrededor. Pero no se debe olvidar que..... tu sí.

Bueno, creo que con estas características generales lo dejo por hoy.

jueves, 14 de junio de 2012

El viaje de estudios a Italia


Mañana se van mis alumnos de 1º de bachillerato al viaje de estudios. Se trata de realizar un tour por Italia, visitando y disfrutando de Roma, Asís, Florencia, Pisa, Venecia,...... y todo en una sola semana. Es un viaje apretado, ¿estresante?, intenso...... maravilloso!!! Sobre todo maravilloso!!


¿Quién no recuerda su viaje de estudios? En mi época se hacía a Mallorca y lo pasamos genial. Aún hoy recuerdo anécdotas de aquel viaje, pequeñas historias de todo tipo e incluso situaciones en las que jamás habría imaginado ver a mis profesores. Y hace ya casi 30 años de aquel viaje.
Pues ahora les toca a ellos, y seguramente lo recordarán toda su vida. Les acompañan tres profesores y en estos momentos siento “envidia” y no sé porque no me he involucrado más y no voy con ellos. Es una pequeña broma, porque este viaje, realizado como profesor, es una responsabilidad bastante grande y es agotador. También es una gran experiencia.

Lo más importante para mí es que se siga haciendo este viaje ya que son cada vez más los institutos que han eliminado esta actividad de sus centros por el miedo a la conducta de los alumnos, la enorme responsabilidad de ser sus representantes en el extranjero, el miedo a que los alumnos beban o fumen porros, etc. Sin embargo, yo creo que es un momento excelente para la convivencia, para el conocimiento mutuo, para que los chicos forjen su personalidad, creen lazos de amistad diferentes, etc.  Eso sí, siempre cuidando la disciplina y el buen comportamiento.......  Pero es que si por miedo a lo que pueda pasar no hacemos las cosas...... al final no haríamos nada, no?  Y los alumnos se suelen portar.... ¡¡¡suficientemente bien!!!! 
Yo lo he hecho al menos cinco veces con alumnos, cinco experiencias diferentes y cinco semanas muy gratificantes. Hará ya al menos seis años que no voy a Italia con ellos, pero creo que me ofreceré para el curso próximo. Últimamente he realizado viajes más reducidos, de intercambios, con menos alumnos.
La última vez que fui aún hacíamos el viaje antes de Semana Santa y además el viaje de ida lo hacíamos en autobús mientras que la vuelta era en avión. Hoy se hace a final de curso, en junio y los dos trayectos se realizan en avión.
Tengo que comprobar lo del avión-avión, pero creo que aún me inclino por el bus-avión.

Las razones son varias, aquel viaje costaba lo mismo pero duraba 7 días mientras que el de hoy dura 5, en el de antes se visitaba además de Italia, Barcelona, Niza, Mónaco, ….. y sobre todo..... los siguiente:
Cuando nos montábamos en el autobús con 50 alumnos deseosos de juerga nos metíamos en el cuerpo un primer día de más de 800 kms parando en Zaragoza para visitarlo y comer, Barcelona para visitarlo y cenar y la costa Brava (Lloret, Calella, Arenys de Mar, ….) para salir de noche y dormir. Era casi imposible evitar que saliesen los alumnos, pero esos pueblos de costa antes de Semana Santa estaban “medio muertos”, no había donde ir, nos encontrábamos con ellos en todas partes y, si había algún problema nos manejábamos bien para solucionarlo (es España, más fácil por el idioma, costumbres, leyes,..). 

El segundo día era otro palizón de carretera para llegar a media tarde a Niza o Mónaco. Allí salíamos juntos y los chicos disfrutaban de ver el lujo pero entendían que no había dónde ir de marcha.

Tras el tercer día de autobús la convivencia era muy grande, los amistades más sólidas y el cuerpo más cansado. Así, tras pasar por Pisa al llegar a Roma era muy fácil fijar horas de retirada sin encontrar resistencia. A partir de ese tercer día empezaba realmente el viaje que realizan ahora (5 días en vez de 7 y todo en el tour italiano). Pero..... empezaba con los alumnos cansados como para querer compaginar las visitas culturales con la marcha nocturna......

Y eso..... pues nos beneficiaba mucho a los profesores...... nos evitaba posibles problemas....   No sé cómo se lleva eso ahora, porque los chicos llegan a Roma en avión y bien frescos, con ganas de comerse el mundo...... lo cual es bueno aunque algo más "peligroso".

En cualquier caso, y por mi experiencia en los viajes, creo que siempre es mejor en un instituto hacer un viaje con alumnos que no hacerlo.

Y también creo que los chicos lo entienden y en general, se portan mucho mejor de lo esperado.

lunes, 11 de junio de 2012

El barrendero Bob Esponja o el por qué me gusta mi trabajo

La primera pregunta es que tiene que ver una cosa con la otra. Además, yo no soy ni barrendero ni Bob Esponja...... Me explico.

Supongo que habéis leído la noticia, yo creo que es un motivo de alegría y de confianza en la gente. Es, aunque suene un poco cursi, lo más bonito que había oído en mucho tiempo.

Resulta que hay un barrendero que al trabajar por la mañana siempe pasa por la puerta de una guardería a la hora el recreo. Y decide saludar a los niños, preguntándoles “¿cómo están ustedes?” a la usanza de aquellos famosos payasos de la tele. Y los niños le contestan. Y al día siguiente lo mismo, y al otro, y al otro, y al otro.....

Y entonces les pregunta más cosas, y un día decide imitar a Bob Esponja y cantarles sus canciones.... y los niños acuden a verlo, y le jalean, y como dice él....”es que les veo tan felices que me crezco...”. Y entonces resulta que se convierte en una costumbre y todos los días al pasar por el patio les saluda, y les canta, y casi todos los niños de la guardería corren a verle.... Él en la calle, a un lado de la verja y ellos, los niños, al otro lado de la verja, en el recinto de la guardería.


Sólo es una parada en su quehacer diario, unos minutos, pero él piensa en ello y los niños también.

Y resulta que este fenómeno lleva repitiéndose........ ¡¡¡ Tres años !!!

Y un día alguien lo graba, ¿una madre?, ¿una profesora?...... y lo sube a internet ….... y se convierte en el vídeo más visto del momento... Y la gente lo comenta....

Y entonces nuestro barrendero tiene miedo, porque piensa que le pueden despedir y deja de pasar por la guardería.... justo cuando asisten hasta las televisiones buscándole..... Y cuando preguntan a la directora de la guardería ésta dice que los niños están tristes....

Por fin, la contrata dice que no le piensa despedir, que es un hombre que hace bien su trabajo y que sólo ha mostrado su lado humano, que están orgullosos de él... Y entonces él vuelve y mañana tras mañana entretiene a los niños en el recreo con su doble personalidad, la de Bob Esponja.......

No me digáis que no es bonita la historia!!!! Y real como la vida misma!!! Y lleva nada más y nada menos que tres años sucediendo en la verja de esa guardería de Las Tablas en Madrid!!!



¿Y qué tiene que ver con nosotros? Pues que oí una entrevista a este hombre y dice que le gusta ver a los niños felices, que ve sus caritas y trata de conectar con ellos.... que le gusta el trato personal, humano,....

Pues bien, salvando las distancias con este “crack”, con este “animador”, yo creo que cualquier maestro, profesor, educador o similar tiene que sentir unas ganas enormes de estar con sus alumnos, una sensación de alegría cuando éstos consiguen hacer bien las cosas, un ansia de conectar con ellos,.... y, en otro caso, ¡¡¡no se debería dedicar a la enseñanza!!! Podríamos aprender de Bob......

Por cierto, aunque es fácil encontrar la noticia bien contada y el vídeo real, si queréis aquí va un enlace.....


jueves, 7 de junio de 2012

¿Bachillerato o Ciclos Formativos de Grado Medio?

Es la misma pregunta que se pueden hacer nuestros alumnos dos años más tarde... ¿estudiar en la Universidad o hacer un Ciclo Formativo de Grado Superior?

No son preguntas tontas, sino que marcan el tipo de formación que tienen nuestros jóvenes. Cada país tiene una proporción de jóvenes titulados universitarios frente a titulados en formación profesional y eso se suele corresponder con el tipo de trabajo que hay en ese país, con el número y clase de empresas, de servicios, de turismo,... Y cuando esa proporción no se ajusta con la realidad nacional entonces se contribuye a incrementar el problema del paro, del trabajo precario,...

Pues bien, quizá se deba a nuestra historia, a nuestro elevado desarrollo de las últimas décadas, al apoyo familiar para poder seguir los estudios, a las aspiraciones personales y familiares..... pero lo cierto es que en España tenemos una proporción de universitarios demasiado elevada para nuestras necesidades, mientras escasean los buenos profesionales en multitud de ramas profesionales.

Esto comienza en el instituto a la hora de terminar la ESO. En estos momentos los alumnos, y sus familias, deben elegir entre cursar los estudios de bachillerato o matricularse en un ciclo formativo de grado medio (Formación Profesional) y aprender un oficio.

El bachillerato es muy diferente a la ESO, son estudios voluntarios, no obligatorios, que preparan para asistir a la universidad y ciclos superiores.... por lo que los profesores son mucho más exigentes, los temarios más extensos y complicados, en resumen son mucho más difíciles de cursar con éxito y en el tiempo estipulado. Sin embargo, un porcentaje elevadísimo de nuestros alumnos los eligen. Y muchas veces en contra de las recomendaciones de profesores, tutores y el centro en general.

No sé del todo las razones, parece como si estudiar un ciclo formativo fuese algo menor, cuando no lo es en absoluto.

La realidad que yo veo día a día en el aula es que se matriculan en 1º de bachillerato chicos que apenas han podido superar los estudios de ESO, por lo que son “carne de cañón” para comenzar otros estudios mucho más exigentes. También se matriculan muchos alumnos sin pretender modificar en nada sus hábitos de estudio y trabajo, por lo que de alguna manera también van encaminados al fracaso, ya que las horas de estudio deben ser muy superiores.

Pero es muy complicado convencer a las familias y a los propios alumnos de que, en muchos casos, es mejor dirigirse hacia una buena formación profesional, y que incluso el tipo de trabajo futuro puede ser igual o más satisfactorio.

Pero cada año, al comenzar 1º de bachillerato y según avanza el curso vas descubriendo que algunos alumnos no están preparados para estos estudios. Aún así, la mayoría de ellos los continúan.

Este curso yo he ido perdiendo alumnos de 1º de bachillerato a lo largo del curso, hasta un total de 6 alumnos en una clase de 30. Y encima, estos alumnos abandonan con una sensación de frustración y malestar que no era necesario que hubiesen tenido.

Ayer se despidió de mí un alumno más. Supongo que ya el último de este curso. Es un gran chico, muy buena persona, muy educado y bastante trabajador. Pero su base no es buena y le cuesta mucho seguir el hilo de las clases, sobre todo en algunas materias. Ya en febrero se dió cuenta del todo y entendió que este no era su lugar. Sin embargo ha seguido viniendo, trabajando y.... suspendiendo. Ya sabe que quiere hacer un ciclo formativo (ellos siguen llamándolo un módulo, aunque esta terminología ya no se use....). Lo tiene elegido, sobre informática, y eso sí que se le da muy bien. Serían unos estudios perfectos para él.

Hace poco me dijo que por las tardes estaba haciendo un curso de socorrista y socorrista acuático. Pues bien, ayer a primara hora, a las ocho de la mañana estaba despidiéndose de los profesores. Nos daba las gracias y nos decía que ya nos contaría. La verdad es que las gracias se las debemos dar nosotros a él.

Resumiendo, ha terminado el curso de socorrista y le han ofrecido trabajo. Empieza el 10 de junio en una piscina de una comunidad de vecinos en Las Tablas y...... está encantado, claro!! Va a trabajar tres meses, le van a pagar bien para cómo están las cosas y se siente útil.

¡¡¡ Genial !!!

De todas formas confío en que en septiembre se apunte al ciclo formativo y estudie lo que le gustaba. Aunque siga siendo socorrista en verano que está maravilloso, lo va a pasar bien y va a ganar un buen dinerillo!!!!

martes, 5 de junio de 2012

Las equivocaciones de los profesores

Por supuesto, los profesores nos equivocamos al realizar nuestro trabajo.... como todo el mundo. Pero yo creo que cuando era estudiante, cuando era jovencito, me hubiese gustado leer que era verdad, que los profesores se equivocaban a veces. Por eso, ahora que soy profesor y estoy al otro lado “de la barrera”, lo confieso públicamente.

No se trata de que nos equivoquemos todos los días, ni mucho menos, pero sí de que a veces metemos la pata y tratamos de disimularlo, de hacer cómo que no ha pasado. Es lógico, lo haríamos todos en cualquier trabajo.

Pero en algunos momentos es imposible disimular y, entonces, es mucho mejor... confesar.

Este curso tuve una de las meteduras de pata más grandes en casi 13 años de oficio. Teníamos designado un examen con los alumnos de 2º de bachillerato para el día 1 de marzo. Pues bien, no sé cómo me pasó, pero..... se me olvidó. En realidad yo suelo mirar la fecha en el reloj de pulsera, y al terminar el mes de febrero no cambió bien. El caso es que yo miré la fecha, estaba equivocada, y no tenía previsto nada especial, por lo que fui a clase como un día cualquiera.

En esa clase de 2º de bachillerato, al tratarse de una optativa tengo sólo 18 alumnos. Habitualmente se sientan en dos grandes grupos, juntando pupitres y teniendo una isleta de unos 8 alumnos “apelotonados”. A mí no me importa, porque son alumnos muy buenos y aunque eso les distrae un poco también les ayuda cuando hacemos ejercicios en clase, o una tarea de grupo, etc.

Pero los días de examen siempre perdemos un buen rato en que se coloquen independientemente, cada mesa separada de las demás, en filas ordenadas.... al fin y al cabo sobra mucho espacio en el aula. Son 18 en esta asignatura, pero algo más de 30 en la mayoría.

Pues bien, ese día me dirigí a clase teniendo claro lo que les iba a explicar y como un día más cuando, al llegar, me los encontré sentados, con las mesas bien colocadas e independientes y con todo recogido. No se cómo, pero es que ni sospeché nada, sonreí y les pregunté....¿Qué.....? ¿habéis tenido examen, no? Pero no me contestaron. Claro, debieron pensar... ¿Y éste? ¿Por qué nos vacila ahora?

Entonces llegué a mi mesa, dejé las cosas, les miré tan colocados y callados y les volví a preguntar..... ¿Os pasa algo? Estáis demasiado tranquilos.... Y nadie dijo nada, sólo me miraban..... Increíble, pero yo seguía “empanao”. Por tercera vez dije.... ¿os ha pasado algo? ¿empezamos? Y entonces, una chica, muy tímida, muy callada, muy buena alumna.... dijo: Perdona, ¿sabes que tenemos examen, no?

¡¡ Tierra trágame !! Pues no, no lo sabía...... ¿Y ahora qué? ¿confesar? ¡¡ No queda otra !!

- “Pues no, me he equivocado de día”.

Menudas caras en mis alumnos, no se lo podían creer.....

- “¿Y qué hacemos entonces, profe? ¿Lo hacemos mañana?”

Rápidamente algunos alumnos querían aplazar la prueba, pero.... a mí eso no me gusta nunca. No me importa cambiar fechas de exámenes, pero nunca en el mismo día, porque creo que perjudico justo al que ha estudiado, y me resulta muy injusto.

Tuve suerte.... creo que soy una persona afortunada..... Resulta que en 2º de bachillerato todos los exámenes los hacemos con ejercicios de selectividad de los últimos años. Tenemos una colección grandísima de ejercicios y yo siempre les pongo 4 o 5 de ellos. Los alumnos lo saben y disponen de la colección.... pero es enorme!!

Les dije que esperasen cinco minutos y elejí cinco de los problemas que tengo en mi colección. Fui rápidamente a conserjería, fotocopié los ejercicios juntos, me llevé las hojas de examen y apenas 5 o 6 minutos tarde comenzamos el ejercicio. Les pedí disculpas y, como compensación, el examen consistió en hacer 4 de los 5 ejercicios propuestos.

Salió bien por esa peculiaridad de 2º de bachillerato, pero.... ¿si me hubiese ocurrido con otro curso? Hubiese tenido que aplazar el examen....

Esto demuestra que, aunque no suceda frecuentemente (es la primera vez, y me da mucha vergüenza...) los profesores nos podemos equivocar totalmente, no?

Lo peor de todo es que cuando confesé y les dije:

- “Lo siento, chicos. Es que me he equivocado de día. No sabía que hoy era el examen. Lo siento”

Entonces, hubo un alumno que contestó:

-” jo, profe. A mí me ha pasado lo mismo. Me lo han dicho éstos al llegar a clase, no tenía ni idea.....”

Él tuvo peor suerte,.... le salió fatal!!!!

domingo, 3 de junio de 2012

La distancia entre profesores y alumnos


La verdad es que siempre ha existido y existe una barrera invisible entre los profesores y sus alumnos. Es lógico debido a la diferencia de edad y sobre todo a la relación de autoridad que unos ejercen sobre los otros, de la misma manera que ese muro se crea entre jefes y subordinados o, incluso, entre padres e hijos.

Pero es muy interesante cuando esa barrera algunas veces cae, cuando ese muro se derrumba y esos dos personajes de la historia se mezclan.

Eso volvió a ocurrir el otro día cuando los alumnos de 2º de bachillerato terminaron su curso. Como cada año, se celebra un acto institucional en el que se despide a los alumnos tras su estancia allí los pasados 4 o 6 años (algunos incluso más....)

A esta celebración asistieron los alumnos que habían aprobado en estos momentos el curso y, por tanto, el bachillerato. Sólo les queda pendiente examinarse de la selectividad y comenzarán en septiembre una nueva etapa de sus vidas, la universidad. A muchos de ellos les acompañaban sus familias y, además, nos encontrábamos un buen número de profesores.

En primer lugar se dirigió a todos la directora con unas palabras de cariño y felicitación, haciendo después lo propio el jefe de estudios. Mucho más emocionante o emotivo fue el discurso de una de las alumnas que titulaban y mucho más cómico el de un alumno que hacía lo mismo. Todo ello estuvo aderezado por la interpretación musical al piano y violonchelo de dos de los alumnos del centro y de la entrega de bandas o becas y la entrega de una foto de grupo y un diploma a cada alumno.

Tras eso el invisible muro se deshizo y profesores y alumnos se trataron, por fin, como personas sin la existencia de ese rango que siempre inmoviliza un poco. Los alumnos, vestidos realmente de fiesta, con chaquetas y corbatas ellos y con vestidos ellas parecían otros. Compartimos todos juntos un pequeño refrigerio (cada año es menor, pero es que me temo que la crisis no perdona) y nos juntamos en corrillos a hablar.

Por primera (y quizá última, aunque espero que no) vez los alumnos desearon hacerse fotos con nosotros, hablamos de experiencias pasadas, hablamos de planes, comentamos sueños y sobre todo nos contagiaron ilusión por el futuro.

Finalmente fuimos a cenar juntos y, cuando los profesores nos retiramos a una prudente hora, ellos continuaron su fiesta.

Y una vez más, fue bonito. Porque nosotros les vemos crecer, llegan con 12 años y se van con 18, llegan como niños y se van como adultos, llegan con miedos y se van seguros de sí mismos, llegan a nosotros sin plantearse nada y se van cargados de sueños. Aquí les ocurren muchas cosas, se hacen mayores, maduran, lo pasan mal, lo pasan bien, hacen amigos, los pierden, descubren el amor y también lo vuelven a perder, se hacen responsables, o no,.....

La única pega, que no asisten los alumnos a los que les queda algo pendiente para septiembre, que serán los que aprobarán a escondidas, sin fiesta, sin traje, sin discursos y sin cenas.... Y es la única pega porque todo lo demás lo han hecho igual y merecerían salir del centro también por la puerta grande.....