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martes, 5 de junio de 2012

Las equivocaciones de los profesores

Por supuesto, los profesores nos equivocamos al realizar nuestro trabajo.... como todo el mundo. Pero yo creo que cuando era estudiante, cuando era jovencito, me hubiese gustado leer que era verdad, que los profesores se equivocaban a veces. Por eso, ahora que soy profesor y estoy al otro lado “de la barrera”, lo confieso públicamente.

No se trata de que nos equivoquemos todos los días, ni mucho menos, pero sí de que a veces metemos la pata y tratamos de disimularlo, de hacer cómo que no ha pasado. Es lógico, lo haríamos todos en cualquier trabajo.

Pero en algunos momentos es imposible disimular y, entonces, es mucho mejor... confesar.

Este curso tuve una de las meteduras de pata más grandes en casi 13 años de oficio. Teníamos designado un examen con los alumnos de 2º de bachillerato para el día 1 de marzo. Pues bien, no sé cómo me pasó, pero..... se me olvidó. En realidad yo suelo mirar la fecha en el reloj de pulsera, y al terminar el mes de febrero no cambió bien. El caso es que yo miré la fecha, estaba equivocada, y no tenía previsto nada especial, por lo que fui a clase como un día cualquiera.

En esa clase de 2º de bachillerato, al tratarse de una optativa tengo sólo 18 alumnos. Habitualmente se sientan en dos grandes grupos, juntando pupitres y teniendo una isleta de unos 8 alumnos “apelotonados”. A mí no me importa, porque son alumnos muy buenos y aunque eso les distrae un poco también les ayuda cuando hacemos ejercicios en clase, o una tarea de grupo, etc.

Pero los días de examen siempre perdemos un buen rato en que se coloquen independientemente, cada mesa separada de las demás, en filas ordenadas.... al fin y al cabo sobra mucho espacio en el aula. Son 18 en esta asignatura, pero algo más de 30 en la mayoría.

Pues bien, ese día me dirigí a clase teniendo claro lo que les iba a explicar y como un día más cuando, al llegar, me los encontré sentados, con las mesas bien colocadas e independientes y con todo recogido. No se cómo, pero es que ni sospeché nada, sonreí y les pregunté....¿Qué.....? ¿habéis tenido examen, no? Pero no me contestaron. Claro, debieron pensar... ¿Y éste? ¿Por qué nos vacila ahora?

Entonces llegué a mi mesa, dejé las cosas, les miré tan colocados y callados y les volví a preguntar..... ¿Os pasa algo? Estáis demasiado tranquilos.... Y nadie dijo nada, sólo me miraban..... Increíble, pero yo seguía “empanao”. Por tercera vez dije.... ¿os ha pasado algo? ¿empezamos? Y entonces, una chica, muy tímida, muy callada, muy buena alumna.... dijo: Perdona, ¿sabes que tenemos examen, no?

¡¡ Tierra trágame !! Pues no, no lo sabía...... ¿Y ahora qué? ¿confesar? ¡¡ No queda otra !!

- “Pues no, me he equivocado de día”.

Menudas caras en mis alumnos, no se lo podían creer.....

- “¿Y qué hacemos entonces, profe? ¿Lo hacemos mañana?”

Rápidamente algunos alumnos querían aplazar la prueba, pero.... a mí eso no me gusta nunca. No me importa cambiar fechas de exámenes, pero nunca en el mismo día, porque creo que perjudico justo al que ha estudiado, y me resulta muy injusto.

Tuve suerte.... creo que soy una persona afortunada..... Resulta que en 2º de bachillerato todos los exámenes los hacemos con ejercicios de selectividad de los últimos años. Tenemos una colección grandísima de ejercicios y yo siempre les pongo 4 o 5 de ellos. Los alumnos lo saben y disponen de la colección.... pero es enorme!!

Les dije que esperasen cinco minutos y elejí cinco de los problemas que tengo en mi colección. Fui rápidamente a conserjería, fotocopié los ejercicios juntos, me llevé las hojas de examen y apenas 5 o 6 minutos tarde comenzamos el ejercicio. Les pedí disculpas y, como compensación, el examen consistió en hacer 4 de los 5 ejercicios propuestos.

Salió bien por esa peculiaridad de 2º de bachillerato, pero.... ¿si me hubiese ocurrido con otro curso? Hubiese tenido que aplazar el examen....

Esto demuestra que, aunque no suceda frecuentemente (es la primera vez, y me da mucha vergüenza...) los profesores nos podemos equivocar totalmente, no?

Lo peor de todo es que cuando confesé y les dije:

- “Lo siento, chicos. Es que me he equivocado de día. No sabía que hoy era el examen. Lo siento”

Entonces, hubo un alumno que contestó:

-” jo, profe. A mí me ha pasado lo mismo. Me lo han dicho éstos al llegar a clase, no tenía ni idea.....”

Él tuvo peor suerte,.... le salió fatal!!!!

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