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jueves, 27 de marzo de 2014

Objetores escolares

Ya hace algún tiempo creo que escribí un post con este mismo título..... ¿por qué me repito? Porque es una situación que se me repite una y otra vez en clase....

Tengo alumnos que están aquí y  no quieren estar. Así dicho parece muy simple... mucha gente no quiere ir al trabajo y se aguanta, toda la vida ha habido estudiantes que no querían ir al cole.....Solución: ¡¡que se aguante!!

Bien, el problema es que en sus casas ya lo han dado por hecho, ya se han acostumbrado a los suspensos, a las "broncas" de los profesores, a las notitas en la agenda o a los partes..... y ellos también, claro!!

Tengo un alumno, llamémosle Alberto, que hizo el año pasado primero de ESO y suspendió todo. Yo no le tuve y no sé si trabajó o no, si lo intentó o no....pero le tengo este año.

Este año vuelve a llevar todo suspenso y le da igual. No hace nada, no trae material, muchas veces no trae los libros, generalmente no saca un boli ni un cuaderno. Si yo le regaño me dice tranquilamente que mi asignatura no le interesa nada, que no va con él, que no piensa hacer nada..  Y yo.... ¿qué puedo hacer? Que le suspenda le importa un comino, por supuesto... que le castigue a quedarse una hora más, también.... que llame a casa lo mismo, porque ya están hartos desde hace tiempo....

Yo intento motivarle, intento convencerle, me esfuerzo en "rescatarle", pero..... no consigo nada. Ni mis compañeros tampoco.

¿Y si en medio de la clase se levanta y se mueve de un lado para otro? ¿y si hace otra cosa?  ¿y si le diera por cantar? ¿y por mirar por las ventanas?

Estoy exagerando un poco, porque este chico aún reacciona un poco cuando le dices que no se porte así, que haga algo, pero..... ¿y si no quiere? Le puedo expulsar de mi clase, incluso por acumulaciones le podemos expulsar una semana..... ¿y para qué?¿y después? Si cuanto más le expulsemos más demuestra que ha ganado él...

No se trata de eso, no es cuestión de expulsarle, porque su comportamiento no es del todo malo.....pero no hace nada. Por eso a este tipo de alumnos les denominamos coloquialmente "objetores escolares", porque no quieren estar, se oponen, lo dicen abiertamente..... Pero son menores, tienen 13 o 14 años y tienen que estar aquí.....  Hace tiempo que se ha roto la presión familiar para tratar de que hagan lo que deben hacer y aquí tampoco podemos hacer mucho más.

¿y cuándo se juntan dos o tres en una misma clase? ¿qué hacemos?

Intentamos rescatarles siempre, darles otra oportunidad, tratar de motivarles con otras actividades.... pero parece difícil, parece que han decidido que este no es su sitio y punto.

¿te imaginas venir todos los días a un sitio donde no quieres estar? ¿te imaginas tener cada día 6 horas de clase que no te interesan? ¿te imaginas coleccionar suspensos, regañinas, charlas, broncas,......día tras día?  Debe ser cansado, horrible y te debe dejar la moral por los suelos.....


¿y qué hacemos con ellos si el sistema no nos permite derivarles a otros lugares?

No se me ocurre más que tratar de entenderles, tratarles bien e intentar convencer a alguno de que ese no es un buen camino, pero.....  me temo que es un poco decepcionante.......

martes, 11 de marzo de 2014

Soy profe.....estoy acostumbrado a los insultos..

Es un triste comentario, pero fue real el otro día....  La historia no es mía, pero me la ha contado un buen amigo y compañero del instituto.

Resulta que el otro día iba tranquilamente en el metro, con mucha más gente, cuando una pareja empezó a discutir....... La cosa fue subiendo de tono y el hombre empezó a insultar y amenazar a la mujer delante de todos. Seguramente por miedo, pero parece que aunque a nadie le gustaba la situación ninguna persona se atrevía a meterse en el lío y entonces mi amigo lo hizo.

Dice que se levantó de su asiento y le dijo al hombre que se comportara y que dejase de insultar y casi agredir a la mujer y entonces el hombre se encaró con él, con todo el vagón contemplándoles. El hombre le preguntó por qué se metía en algo que no le incumbía, que hacía lo que quería y que a ver si las tortas se las iba a llevar él.

Y mi amigo dice que él estaba muy tranquilo y que le dijo algo como esto: "Mire, está usted en un lugar público, le están grabando, hay un montón de testigos de que usted es el culpable de todo, está usted siendo agresivo, machista, violento, maleducado,.... no tiene nada que hacer, asíque..... cállese ya de una vez."

Entonces el hombre dejó tranquila a la mujer pero empezó a insultarle a él y mi amigo le dijo: "Mire, insulte, insulte..... soy profesor y estoy acostumbrado, creo que he crecido en el insulto.....insulte, insulte..... no me voy a poner nervioso"

Pues bien, el tipo se calmó y en la primera parada se fue del metro. Sin la mujer. Y todo el mundo miraba extrañado a mi amigo, que se había enfrentado al energúmeno aquel....

La historia es curiosa, mi amigo reaccionó de una manera extraña y... realmente lo siento por esa mujer que mantiene una relación con alguien que la trata de esa manera en público y/o en privado.

Pero también me quedé pensando.... ¿es que los profesores estamos tan acostumbrados al insulto o fue una frase extraña que se pronuncia en una situación extraña?  Nosotros nos dedicamos a enseñar, incluso a educar..... ¿eso del insulto?

La verdad es que los alumnos suelen menospreciar en su hablar  al profesor que les ha suspendido, o no les ha tratado justamente según su parecer, pero... no lo hacen delante suyo, no?  Y no son insultos personales, sino fruto de un descontento...¿o no?

Quiero pensar que si alguien se enfada con un policía porque le ponga una multa no hay nada personal en ello.... ¿un policía debe estar acostumbrado a que le insulten? Volviendo a nuestro caso...¿un profesor debe estar acostumbrado a que le insulten? No sé..... yo creo que no, ¿verdad?

No sé, es cierto que al tratar con adolescentes escuchamos muchas palabras malsonantes, tacos e incluso insultos, pero..... ¿forma eso parte de nuestro trabajo o nuestra experiencia?  Yo creo que no...... definitivamente, no.


domingo, 9 de marzo de 2014

No llego para escribir en la pizarra.....

El tema de la pizarra y el tamaño de quién escribe en ella siempre ha sido polémico. Yo aún me cuerdo cuándo era estudiante que teníamos una profesora muy bajita y siempre había algún listillo que dejaba algo escrito en la parte superior de la pizarra y, como ella no podía borrarlo, o lo dejaba durante toda la clase o pedía que algún alumno saliese a borrarlo......  y se lo hacían día tras día...... Menos mal que era una mujer muy maja y le daba lo mismo, pero había mala baba.....

Pues bien, yo saco a la pizarra a mis alumnos para hacer los ejercicios y de vez en cuando divido la pizarra y así salen dos o tres alumnos a la vez. Y otras veces, de uno en uno, claro.

El otro día puse un ejercicio cuyo desarrollo iba a ser largo y lo escribí en la parte alta de la pizarra. Después le dije a un alumno, llamémosle Pablo, que saliese a hacerlo, pero él me dijo que no lo sabía hacer, que por favor no le sacase. Esta vez le hice caso y saqué a otro, llamémosle Iván. Pues bien, Iván es pequeñito y no llega al lugar donde yo había escrito el ejercicio, pero yo no me di cuenta y me fui moviendo por la clase para ver cómo lo hacían los demás en el cuaderno.

Y de repente, me vuelvo hacia la pizarra y ¿qué veo? Pues que Iván, ni corto ni perezoso, y sin ningún complejo, estaba subido en una silla escribiendo en la pizarra.....


¡¡Menudo crack, pensé!!  Yo lo vi tan natural que seguí con la clase.... él también...... y el resto de la clase también......