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martes, 27 de marzo de 2012

LOS INTERCAMBIOS Y...... LAS APARIENCIAS

Los intercambios entre alumnos de diferentes países es una actividad muy satisfactoria en la mayoría de los casos. Creo que es bastante mejor que los clásicos viajes de estudios, porque además de visitar los lugares los chicos se alojan en la casa de los alumnos extranjeros e igualmente les ofrecen después su propia casa.

Es una manera de conocer el país al que van de una manera más real y bastante interesante. Yo por ejemplo he acompañado de esta manera a mis alumnos a Alemania, Austria y Bélgica, pero en mi instituto en este curso académico se están realizando intercambios con Holanda y Polonia.

Otro día escribiré más cosas sobre los intercambios, pero lo que quería resaltar hoy es que casi siempre me ha sorprendido el respeto que tenían los alumnos en estos países, la atención y la participación en clase. Siempre he quedado gratamente impresionado por el adecuado comportamiento de esos chicos en sus propias aulas. ¿Por qué? Quizá porque nuestros alumnos no siempre se portan tan bien.

Pues bien, resulta que hace unos días vinieron los alumnos polacos a nuestro instituto y, dentro de sus actividades se encuentra el asistir a las dos primeras clases de cada día. Es una semana llena de excursiones, visitas a museos, paseos por Madrid, etc.

Pues bien, resulta que entonces debían asistir a una clase mía con mis alumnos de 1º de bachillerato, donde se encuentran los alumnos españoles que les hospedan en casa. Son unos alumnos académicamente muy muy buenos, pero a los que es casi imposible callar y mantener quietos en el aula. A mí la clase me gusta mucho porque está llena de bromas, comentarios, risas,... pero a la vez se avanza muy bien en contenidos y sus notas están resultando muy buenas.

Es decir, la clase es buena, su rendimiento es bueno, pero.... ¿tanto como para enseñarlo? Me refiero a que.... aunque yo sé que la clase mantiene un buen nivel no es lo que aparenta. Si alguien entrase en esa clase y les viese hablar, comentar, moverse,... la imagen no sería como para presumir.

Pues con ese “temor” llegue a la clase y..... me los encontré a todos correctamente sentados, las mesas despejadas, los chicos dispuestos a comenzar la clase. Me dirigí a nuestros invitados y poco después comenzamos la clase. Cuál es mi sorpresa al ver que los alumnos están callados, tomando apuntes, haciendo preguntas en orden,.... una auténtica maravilla. La clase que siempre quise tener, porque el comportamiento es exquisito y yo sé que el nivel académico que tienen es bastante elevado.

Al día siguiente volví a su aula y estaban todos mal sentados, las mochilas tiradas por el suelo y varios aún de pie cuando ya ya iba a empezar la clase. De modo que les pregunté y me dijeron:

-”Hombre, profe, ayer era una cosa, había que quedar bien, que luego no digan que los españoles no somos educados, pero hoy ya, solo nosotros...... no querrá que estemos como muebles, no?”

Vamos, que lo de ayer fue puro teatro....... Y cuando yo estuve con mis alumnos en las clases alemanes ¿me hicieron otra función? Ahora ya no estoy seguro.....

Nunca me imaginé que esa conducta y ese querer quedar bien como grupo, como instituto, como país iba a salir así del fondo de mis alumnos sin que nadie se lo pidiese. Me siento muy orgulloso de ellos.

El colmo ya sería que se portasen así de bien en mis clases......

OBJETORES ESCOLARES, PCPI, etc


Igual que existieron los objetores de conciencia para el servicio militar, existen hoy en día médicos objetores que se niegan a realizar según qué tratamientos, farmacéuticos objetores a dispensar algún producto e incluso objetores fiscales.

Todas estas objeciones, y muchas más, se hacen desde el convencimiento moral de cada uno. Lo que yo antes no sabía es que me iba a encontrar con auténticos “objetores escolares”. Les llamamos así por su negativa frontal a dar clase ni a recibir absolutamente nada de lo que nosotros, los profesores, les ofrecemos.

Lo que no he conseguido hallar aún es la razón “moral” de esa objeción.

Pues bien, determinados alumnos no quieren dar clase y, por desgracia para ellos (y para nosotros), la asistencia es obligatoria hasta cumplir los 16 años. Algunos de ellos molestan en el aula, buscan el enfrentamiento, impiden el normal desarrollo de la clase. Otros ni siquiera dan problemas, aunque es triste verles asistir a clase sin ninguna disposición y dándoles igual ocho que ochenta.

Ellos no quieren estar, no hacen nada y.... ¿cómo les puedo convencer? Les aseguro que hay muchos casos en que la motivación no se la puedes hacer llegar de ninguna manera. Hablas con la familia y, naturalmente, ya conocen el problema, pero tampoco saben qué hacer. En ningún caso puedes castigarles o “amenazarles”. ¿Con qué? ¿Con suspender?..... ya suspenden, ¿con repetir?..... ya repiten, ¿con echarles de clase?...... es lo que quieren.

Por tanto, estos chicos y esta situación se convierte en un fracaso dentro de nuestro sistema educativo. Pero algunas veces los chicos demuestran interés por alguna materia, por algo más manual, por alguna actividad relacionada con lo profesional.

Y por ahí viene este comentario. Hasta hace muy poco era necesario que llegasen hasta los 16 años antes de abandonar el centro. Naturalmente, un chico de este perfil hacía 1º, repetía 1º, pasaba a 2º con todo 1º pendiente, repetía 2º....... ¿se imaginan, verdad? Lo normal es que el aburrimiento, el hartazgo le llevase a un mal comportamiento y... al final ¿qué? Se iba del instituto mucho peor que cómo había venido, con los 16 años y sin haber aprendido nada que le gustase o fuese útil.

Hace un par de años se crearon los PCPI (Programa de Cualificación Profesional Inicial), que permiten a un chico dejar la ESO para realizar un curso en el que se le enseña un oficio, una posible salida laboral. Ese curso suele durar un año académico, pero si lo hace de dos cursos puede, además, obtener el título de graduado en ESO.

La idea es buena y está funcionando. Es una especie de puente o atajo para que el alumno que no quiere, que se niega a recibir la formación convencional pueda adelantar su entrada en una básica formación profesional. Y después,... ya veremos!!!

Tengo un alumno en 1º de ESO, repetidor, buen chico. No hace absolutamente nada, el año pasado suspendió todo y este año vuelve a llevar todas las asignaturas suspensas. Podría aprobarlas si quisiera, pero se niega en redondo. Ya tiene casi los 15 años, los cumple dentro de poco, aunque muchos de sus compañeros tienen 12. Se aburre como un hongo en el aula. Y aunque no molesta demasiado si entorpece a veces la clase.

Tiene inquietudes profesionales, quiere aprender un oficio, quiere ser útil, quiere trabajar. Ha oído hablar de los PCPI y viene a preguntarme. Le cuento, le encanta, viene su madre y está ilusionada, ve a su hijo interesado en hacer algo y eso no había ocurrido desde hace años. Buscamos la lista de PCPI y existen varios que elegirían ahora mismo (Operaciones de fontanería y calefacción-climatización, Operaciones auxiliares en mantenimiento de vehículos, etc).

Parece todo solucionado, pero...... las condiciones para poder acceder son la recomendación del profesorado, la aceptación por la familia, 15 años en el momento de empezar el curso, haber repetido previamente y....... ¡¡¡estar al menos en 2º de ESO!!!

Noooo! Debe de terminar este curso con todo suspenso, matricularse en 2º de ESO el curso que viene, seguramente volver a suspender todo, “molestar” en clase, y después,... al curso siguiente y si aún quiere..... le llevaremos allí....

Qué pena por él, por su madre que estaba feliz y.... por nosotros, porque tener un alumno “objetor”, aunque sea de los que no molestan mucho es fatal para la clase.

Pero es así,..... trataremos de motivarle en clase, intentaremos que aprenda algo, que participe, que aproveche el tiempo,........

miércoles, 21 de marzo de 2012

EVALUACIONES, RATIOS Y RESULTADOS

Pues bien, ayer tuvimos evaluaciones. Como siempre, nos queda  un regusto entre amargo y dulce, la alegría cuando nuestros alumnos obtienen buenas calificaciones y tristeza o decepción ante los fracasos.

Una evaluación en concreto me hace escribir esto, la de una clase de niños de 1º de ESO. Es una clase con sólo 18 alumnos, muy heterogénea, eso es la verdad. No son malos chicos sino todo lo contrario, aunque sí son malos estudiantes. En una sola clase se juntan adolescentes o preadolescentes de muy diversas procedencias, coincidiendo más de 8 o 9 países latinoamericanos. No tienen costumbre de estudiar, ni de esforzarse. En clase se despistan con cualquier cosa y no trabajan mucho. Posiblemente en casa tampoco sepan bien cómo ayudarles. Pero eso no es el asunto en este momento.

El asunto es que en la reunión de evaluación,  para esos 18 alumnos, nos encontrábamos 14 profesores.  Cuesta creerlo, pero es tal como lo oye, o lo lee.  Y lo sorprendente, es que ningún chico aprobaba todo, y sólo cuatro tenían 1 o 2 suspensas.

Ya sabemos que es la segunda evaluación, que esto tiene arreglo, que hay muchos suspensos de 4 rozando el aprobado, que seguramente al final aprobarán todo cuatro o cinco alumnos, pero.... a día de hoy, con 14 profesores y 18 alumnos no hay ningún estudiante con todo aprobado.

Pues bien, si a cada uno nos toca a poco más de un alumno, redondeemos al alza y digamos  que a dos alumnos para cada profesor..... ¿no obtendríamos mejores resultados si a mi me dejan con mis dos alumnos? estoy casi seguro de que sí...... Creo que si me dejan dos alumnos "para mí solo", tipo tutor personal, sacaría más rendimiento. Y lo mismo el resto de mis compañeros. ¿Y entonces?

Ya sé que esta ratio no es real, que hay clases de muchos más alumnos con menos profesores, que en el cómputo del instituto no sale eso, que en bachillerato las clases son de más de 30 y hay 8 o 9 profesores,.... pero.... ¿no es una exageración y un pequeño fracaso que en ese 1º de ESO entre 14 profesores no consigamos que casi la totalidad de los 18 alumnos  aprueben? Pues eso...... piensen y verán.....

A lo mejor resulta que el sistema éste no es el adecuado.....

viernes, 16 de marzo de 2012

ABSENTISMO Y AVISOS EN EL MÓVIL

ABSENTISMO Y AVISOS EN EL MÓVIL

Hoy utilizamos un método en los institutos para avisar a los padres de las faltas a clase de sus hijos De esta menera, al principio de curso las familias rellenan un documento donde indican si desean recibir los sms informativos de las faltas. En ese caso cuando un alumno falta a clase y el profesor lo detecta el sistema envía un sms al teléfono móvil de sus padres.

El sistema es sencillo y eficiente tanto para los profesores como para las familias, verdad?

Pues bien ,el otro día tenía una salida a una actividad complementaria (vamos, lo que antes decíamos una visita a un museo) y estaba con mis alumnos de 1º de bachillerato. Pues bien, en ese momento a un alumno le sonó el típico soniquete que significa la recepción de un mensaje. Estábamos en la calle, cogió el móvil, leyó el mensaje y soltó: "¿Será posible? Que dice la profe de ........ que no he estado en su clase.... es que no se entera!!!" 

¿Se dan cuenta? El número móvil que "la familia" dió al instituto para recibir los mensajes era el propio móvil del alumno. ¿qué les parece?  Pues eso, que forma de estropear el sistema, gastar dinero en mensajes,....

Y otra conclusión..... cuando quieren, cómo espabilan nuestros alumnos, eh?  eso es tener visión de futuro y asegurarse de que no le pillen en falso....  vaya jeta!!!