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viernes, 21 de febrero de 2014

Sobredosis o exceso de realidad

Este trabajo que yo tengo es muy bonito, y ésa es la razón de hacerlo y disfrutar de él día a día.  Sin embargo, lo mismo que es bueno y agradecido, en determinados momentos se convierte en ingrato o desagradecido.

Lo mejor que tiene, el contacto personal, la implicación en tantas vidas en formación que transcurren en un instituto es también su punto débil, no poder ayudar en multitud de ocasiones, y ver discurrir la vida a tu lado sin poder intervenir....

Esta semana se han juntado demasiados "problemas", demasiadas situaciones extremas, por eso digo que en este caso hemos tenido un "exceso de realidad", un golpetazo de realismo....

Para empezar sufrimos la desgracia de un suicidio en un chico de 17 años, alegre, normal, con un montón de amigos, aparentemente ¿feliz?.... Es algo horrible, inimaginable, pero ha sucedido, como sucede de vez en cuando. Los que peor se quedan son los amigos, la familia, todo el que trata con él de manera continuada, porque siempre piensa que pudo hacer algo, siempre se pregunta o se mortifica preguntándose cómo no se dió cuenta de la situación..... Encogía el alma ver a unos tiarrones ya de 17 años llorar como bebés en el instituto.....  Emocionaba asistir a un minuto de silencio promovido por sus compañeros, a un pequeño homenaje para recordarle feliz......

Dos días más tarde un incidente familiar en el domicilio de un alumno de mi tutoría me dejaba sin este alumno dos días, para recuperarle después. Es un chico sencillo, que busca rutinas, tranquilo, que se relaciona medianamente y a su manera con los demás, que no le gustan los cambios...... De momento él ha dejado su domicilio familiar y vive en otro lugar. Lo que ha sucedido es grave y no sé si su vida recuperará la normalidad en días, semanas o meses, pero ahora mismo él lo está pasando fatal.

Para terminar la semana hablo con los padres de otro alumno que están muy preocupados porque su hijo se siente acosado diariamente por un compañero. El chico no quiere decirlo por miedo a represalias, pero yo les digo a los padres que si no lo dice, si no nos lo cuenta, nosotros ni sabemos nada ni podemos actuar. Si él se siente así de mal, tiene que contárnoslo, denunciarlo y entonces nosotros podremos "atacar" el problema.  Entiendo a los padres que no quieren más líos, que tienen miedo de que eso empeore la situación de su hijo,.... pero no hay otra!!!  Es la única manera de empezar a solucionarlo......

Conclusión: La semana termina y yo me llevo tres experiencias dolorosas a casa. Ninguno de los tres casos es nuevo para mí, creo que un día de estos reflexionaré sobre cada uno de ellos aquí mismo.  Pero hoy termino "pidiendo la hora", quiero que comience el finde.......

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