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jueves, 23 de mayo de 2013

Los chicos y los hombres también lloran.....

Estaba en la sala de profesores cuando ha llegado un chico de primero de bachillerato, llamémosle Iván.

Venía cojeando y estaba acompañado de su profesora de Ciencias.  Resulta que en un cambio entre clase y clase  varios chavales andaban "haciendo el tonto", éste se ha caído y se ha torcido el tobillo.

Hasta aquí todo normal porque sucede no todos los días, pero casi. Lo primero es mirar el tobillo, estaba muy hinchado, ponerle hielo (tenemos varias bolsas de guisantes congelados única y exclusivamente para este fin...) y concluir que tenía un esguince de tobillo. No sé si es un esguince fuerte, suave, cuánto le durará ni nada de eso.  Pero sé que el chico se ha puesto a llorar y no había manera de calmarlo.



Todos los que pasaban por allí, profesores, algún alumno, incluso un padre que esperaba una cita con la directora, se quedaban mirando algo sorprendidos. ¿Por qué?  Creo que aún hoy choca ver a un tiarrón de 16-17 años llorando a moco tendido. 

- ¿tanto te duele, Iván?
- ¿cómo estás, Iván?
- Ánimo, Iván.....

Y el chico, por gestos, indicaba que no, que no le dolía tanto, lo que hacía aún más desconcertante la escena.

Y lo que pasaba es que los que le conocemos sabemos que practica un deporte de equipo, está en la selección de la Comunidad de Madrid y, algunas veces, es convocado por la selección nacional.  Sub-18, claro. O juvenil, o como se denomine......

Y éste era el caso, tiene un campeonato muy importante para él, quizá el más importante que ha tenido hasta ahora. Bastante lío tenía para poder compaginarlo con los exámenes de este final de curso, pero ahora, si el esguince es fuerte........

Yo he ido hacia mi clase, pero allí se ha quedado llorando y llorando mientras esperaba a algún familiar que le acompañe al médico.......  ¡¡ qué rabia !!

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