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viernes, 18 de mayo de 2012

Discusión en el autobús.....


Lo que ocurre cuando uno habla de más, o discute tontamente, es que luego se puede arrepentir. Y ocurre muy a menudo, ¿verdad?

Es como un chiste de los que cuenta uno de mis hijos. Están el primer día en el cole y el nuevo director les da una charla larguísima. Entonces un chico inicia una conversación con la compañera de al lado:
  • Vaya rollo. Me parece que este nuevo director es horrible”.
A lo que la chica contesta:
  • ¿Tu sabes quién soy yo?”
  • Pues no. ¿quién eres?
  • La hija del director”.
Y entonces el chico pregunta:
  • Y tú, ¿sabes quién soy yo?”
  • No”.
  • Pues....... ¡menos mal!”

Pues es como la vida misma. Basta con que discutas con alguien para que, a continuación, le tengas que pedir un favor.

Hará unos 10 días fuimos con los alumnos a ver el Open de tenis de Madrid. Estuvimos en “la caja mágica”, vimos un partido de Serena Williams, asistimos a un entrenamiento de Nadal, reconocimos a un montón de grandes jugadores y pasamos con los chicos un buen día.

A la vuelta íbamos en el autobús con los chicos cantando y esas cosas. De repente, el conductor del autobús se echó a un lado, paró el vehículo y fue como un rayo a por uno de mis alumnos:
  • ¿a ti qué te pasa? ¿es que eres tonto? ¿No sabes qué no se puede caminar por el pasillo cuando el autobús está en marcha? Si freno te pegas un tortazo,...... Etc, etc”

El hombre tenía razón pero ésa no era la manera. Cuando viajamos con alumnos nosotros, los profesores, somos los responsables de ellos, somos como sus padres. Igual que si en el aeropuerto cachean a uno yo tengo que estar presente o si necesita ir al médico yo le acompaño, en el autobús yo soy el responsable.

Por eso, me encaré al conductor y se lo dije,le comenté que tenía razón pero si él veía eso por el espejo me lo debía decir a mí, que yo ya le regañaría. Me parece que él no estaba del todo de acuerdo conmigo, así que el final del trayecto resultó “algo tenso” entre nosotros.

Por norma general yo trato de llevarme lo mejor posible con los conductores, porque de ellos depende gran parte del éxito en nuestras excursiones. Y generalmente ellos tratan de llevarse bien con nosotros porque así todo es más fácil. Pero esta vez no terminó bien del todo. Los dos creíamos tener la razón. Tampoco pasa nada, sólo fue "un pequeño encontronazo".

Pues bien, llegamos, nos despedimos, él se fue con el autobús y yo al instituto con mis alumnos. Y en ese momento, una chica se dio cuenta de que se había olvidado el móvil en el autobús. Busqué los papeles, encontré el teléfono de la empresa, me dieron su móvil y le tuve que llamar, claro.

¿Os imagináis la conversación, verdad? Hola, soy el profe de la excursión, sí, hace apenas 15 minutos, sí, sí,...... Verá, es que una alumna mía se ha dejado el móvil en el autobús. Sí, sí, es que no tienen cuidado, claro....¿Por favor, podría volver a entregármelo? ¿qué tiene otro servicio dentro de nada? Sólo serán 10 minutos, seguro.......Sí, claro, lo entiendo, pero.... ¿no podría...? es que después, luego va a ser mucho más difícil recogerlo..... es un momento, se lo aseguro.....

El hombre cedió, yo “le di mucha coba”.......al final volvió, nos trajo el móvil, le di varias veces las gracias, me miró “perdonándome la vida”, le sonreí......

Y encima acabamos más de media hora tarde y yo no llegué a una comida que tenía apalabrada con unos amigos.

En fin, lo tengo comprobado, en cuanto discutes con alguien le acabas necesitando. Y no hay que ser bocazas...... aunque sigo creyendo que yo tenía la razón...... ¿ O no es así?

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