Translate

lunes, 7 de mayo de 2012

La vuelta a su país de los inmigrantes


Lo estamos oyendo y leyendo todos los días, pero en algunos momentos se nos hace patente. Sabemos que la tendencia de los últimos años está invirtiéndose y cada vez recibimos en España menor número de inmigrantes, a la vez que un gran número de jóvenes y no tan jóvenes españoles abandonan nuestro país en busca de un futuro mejor en otros lugares.

Un instituto de educación secundaria en Madrid es un lugar perfecto para poder comprobar esa tendencia. Os lo explico.

Durante muchos años la llegada de más y más alumnos provenientes de otros países, principalmente latinoamericanos, ha sido creciente. Yo empecé mis clases allá por el año 1996 y ese primer curso tuve 6 grupos de 3º de ESO. De esos aproximadamente 180 alumnos tan solo eran inmigrantes o de familias inmigrantes 3 o 4 alumnos, es decir, un porcentaje mínimo. Desde ese momento todo fue cambiando hasta superar con mucha facilidad el 20 o 25% del alumnado. De hecho, las clases de ESO, con una ratio de 30 alumnos por grupo comenzaban con 23, 24 o 25 para permitir la incorporación de nuevos alumnos a lo largo del curso escolar.

Así, un grupo que comenzaba con 24 en septiembre crecía a partir de enero, mes en el que jóvenes procedentes de latinoamérica llegaban a vivir a Madrid.

Pues bien, hace unos cuatro años ese flujo se cerró y el grupo, la clase, acababa generalmente con el mismo número de alumnos con el que comenzaba, ya que la llegada de inmigrantes, debido a la crisis, se redujo drásticamente.

El último efecto de esa crisis en nuestra población escolar es el que muestra como algunos de nuestros chicos abandonan el instituto y retornan a sus países de origen. En el último par de años ya no sólo no es necesario dejar “huecos libres” en las aulas para acoger a los recién llegados, sino que si comienzas el curso con 27 o 28 alumnos puedes terminarlo con 25 o 26.

A lo largo de este curso que terminaremos pronto yo habré perdido unos 5 o 6 alumnos de origen extranjero que han abandonado los estudios y nuestra ciudad. Y si la venida podía suponer un cambio drástico en sus vidas la vuelta es, casi siempre, mucho más difícil.

Si la vuelta a sus orígenes se realizase porque se ha conseguido ahorrar un cierto dinero y se desea volver con el poder adquisitivo suficiente para arrancar allí una nueva vida, para instalarse en una vivienda nueva o inagurar un negocio la aventura habría resultado un éxito. Naturalmente, también existieron esos casos, y fueron muchos, hace unos años.

El problema es cuando, después de dejar su país, sus familias y todo lo que tenían para intentarlo aquí, la crisis hace que regresen prácticamente como salieron, sin nada. Es como si hubieran sufrido un fracaso personal y, por eso, tomar esa decisión es muy difícil. Y se nota en los alumnos que lo hacen. Y en sus familias.

No quiero que este comentario sea demasiado extenso, así que escribiré uno nuevo contando el porqué pienso en esto hoy, es decir, mi conversación con un alumno y su madre, al que llamaremos Diego y le situaremos procedente de Colombia.


No hay comentarios:

Publicar un comentario